¿Qué no se ha dicho a estas alturas sobre las Variaciones Goldberg? Junto con el Stabat Mater de Pergolesi o Las cuatro estaciones de Vivaldi, las Goldberg son una de esas obras que se han grabado hasta la saciedad. Hay interpretaciones para todos los gustos. Desde las primeras opciones pianísticas –con esos dos enormes registros históricos de Glenn Gould– hasta la utilización del clave en el seno del movimiento historicista, en donde destacan las lecturas de intérpretes de referencia de la obra como Hantaï en sus dos grandes registros, Dantone y tantísimos otros. Y también dentro de estas interpretaciones al clave tenemos un campo casi inagotable de visiones bien diferenciadas de una misma obra: la elegancia clasicista de un Pinnock, el nervio de un Koopman, la riqueza ornamental del ya referido Dantone...
Las Goldberg son, por tanto, treinta oportunidades para que el intérprete que se sienta al teclado nos diga algo. Y ayer lo consiguió en el espacio Santa Clara el joven clavecinista Diego Ares en el marco del FeMÀS. Después de la famosa Aria inicial, no exenta quizá de cierta precipitación y hermosamente ornamentada en el da capo, Ares deleitó al respetable con su personal visión de la monumental obra bachiana. Por ejemplo, si en la referida Aria inicial se optó por un tempo marcadamente rápido, la habitualmente saltarina variación nº5 resultó de un carácter inesperadamente sosegado. Y en el marco de esta continua labor de sorprender y deleitar al público, Ares recurrió al tempo rubato sin incurrir en el exceso y a introducir las repeticiones da capo sólo en ciertas ocasiones, sin que ello pareciese obedecer a un criterio predeterminado. Así que cada nueva variación venía a ser toda una sorpresa para el público, que podía encontrar la novedad en lo bien conocido tanto en el fondo y la expresión como en la forma en la que se manifestaba. Al margen de algún problema aislado de nimia importancia, fue una versión de una más que evidente altura.
Al término del concierto, silencio. No hubo aplausos hasta que transcurrieron varios segundos desde el momento en el que Ares levantó sus manos del teclado. Después, agradecimiento, y ahora sí, nutridos aplausos.
5 comentarios:
Sí, es verdad, no se puede decir mucho mas de estas Variaciones tantas veces interpretadas.Comenté, que hace cosa de un mes yo las oí en la Fundación Juan March por un trío de violín, viola y violonchelo y no me convencieron mucho, quizá porque para mí, las de Glenn Gould son irrepetibles, aunque es mi opinión de una aficionada a la música, que le gusta lo que le llega
Un saludo.
Bueno, las Goldberg de las que escribo sí fueron muy ortodoxas y el concierto funcionó muy bien. Un saludo, gucki.
acabo de llegar de "Cosí fan tutte".A pesar de las críticas, no demasiado buenas, a mí me ha gustado.Bien es cierto que a la primera parte le falta un poco de "chispa", pero por fin hemos visto y oído ópera de verdad en el Real.
La orquesta ha sonado muy bien y las voces también,Particularmente me ha gustado Anett Fritsch(Fiordiligi)...bueno no sigo porque me han gustado todos.Ha dirigido Till Drömann.
Como experto en Mozart, seguro que hubieras sacado muchísimas mas conclusiones que yo, pero permíteme este pequeño comentario...
Un saludo
Gracias por el cumplido de "experto en Mozart", aunque desde luego me considero más devoto que experto. Y muchas gracias también por comentar tus impresiones sobre el "Così".
¡Qué mes llevas con el FEMAS!
Publicar un comentario